Alejandro
Originario de: Chiquimula
Actualmente: Coordinador de fideicomisos en un banco local
fuera no?
“Después que murió mi padre, tuve que asumir varias responsabilidades, como presupuestar los gastos de mi casa, para asegurarme de que nos alcanzaría para comprar la comida de la semana”.
La historia de Alejandro
La mamá de Alejandro abandonó a la familia cuando él tenía apenas tres años. Poco después, su padre se volvió a casar, y la madrastra lo crio con su hermana, como si fueran sus propios hijos. La familia aumentó con dos hermanitos más. Cuando Alejandro tenía trece años, su vida fue golpeada por la muerte repentina de su padre, debido a una deficiencia cardiaca. La madrastra siguió luchando para mantener a los cuatro niños, y Alejandro se planteó la posibilidad de obtener una beca para ingresar en la universidad. En el 2006 era uno de los cuarenta candidatos que competían por una de las cinco becas ITA. Después de tres días de entrevistas, el comité de selección le informó de que no había sido seleccionado.
La historia de Mónica de Zelaya
Todos los años, Mónica de Zelaya y los otros miembros del comité de selección son responsables de escoger a los ganadores de las becas, entre un cada vez mayor número de aspirantes cualificados.
“Somos conscientes de que una beca ITA puede cambiar radicalmente la vida del que escojamos para que la reciba”.
En el 2006, la Facultad de Ciencias Económicas solo disponía de fondos para otorgar cinco becas ITA. Una joven de la ciudad de Guatemala y un joven de Chiquimula, igualmente capaces y necesitados, quedaron empatados en torno a la quinta.
“La decisión era casi imposible de tomar. Los citamos a tres rondas adicionales de entrevistas. Normalmente hay consenso en el comité, pero esa vez estábamos divididos: se trataba de tres contra dos”.
Obtuvo la quinta beca la joven de la ciudad de Guatemala y Alejandro se sintió desolado. Al día siguiente regresó a la UFM en un último intento: solicitó un préstamo, a través del programa de crédito educativo, para poder empezar sus estudios, y una oportunidad para poder optar por una beca en el futuro.
Mónica hizo las gestiones a fin de asegurarle a Alejandro un préstamo parcial, pero sabía que no sería suficiente para cubrir todos los costos, como libros, hospedaje y transporte. Ese día pasó a visitarla Dieter Hernández, graduado del programa de becas ITA.
“Cuando le conté a Dieter la situación de Alejandro —cuenta Mónica— empezó a llamar a otros graduados del programa y juntos lograron aportar los fondos que le faltaban”.
Al terminar su primer semestre, Alejandro obtuvo el promedio acumulado más alto de su clase, y la universidad logró asegurar los fondos para ofrecerle una beca completa por el resto de su carrera universitaria.
¿Dónde está Alejandro ahora?
“Me conmovió muchísimo que los graduados del programa ITA estuvieran tan dispuestos a apoyarme, aunque nunca me habían conocido”.
Durante su primer semestre en la UFM, la carga de volver a presentarse al programa de becas le parecía muy pesada. No obstante, fue apoyado por los ITA ya graduados que invirtieron en su educación: lo llamaban frecuentemente, para enterarse de su progreso y alentarlo a seguir adelante. Graduado cum laude en el 2011, Alejandro fue contratado para trabajar en el departamento de fideicomisos del banco más grande de Guatemala. Es, además, profesor auxiliar en algunos cursos de finanzas de la UFM.