Hector

Originario de: Alta Verapaz
Actualmente: Analista financiero

¿Y si usted
fuera pionero?

“Comencé el primer grado como uno más de treinta alumnos… Fui el único que siguió estudiando los básicos”.

La historia de Héctor

Héctor, sus padres y sus siete hermanos son de una lejana aldea indígena del norte de Guatemala.  Los padres se ganan la vida igual que sus predecesores, mediante pequeños cultivos de frijol negro, maíz, café y cardamomo.  El precio del aislamiento fue la educación: de pequeño, Héctor no conocía a nadie que hubiera terminado el sexto grado.  Sus padres no aprendieron a leer ni a escribir, por lo que él estudiaba con un grupo de compañeros que se ayudaban entre sí con la tarea.  Cada año que pasaba, el grupo de estudiantes disminuía, pues un número cada vez mayor de padres necesitaban que sus hijos les ayudaran en el campo.

Héctor se convirtió en pionero cuando ingresó en una escuela de estudios básicos, que le quedaba a veinte kilómetros de distancia y debía viajar en bus durante cinco horas.  El reto más grande que afrontaría en la nueva escuela fue el idioma.  Aunque Héctor había aprendido a leer en español en sus libros de texto, sus maestros, padres y amigos solo hablaban q’eqchi’, una de las veintiuna lenguas mayas que se hablan en Guatemala.  No fue sino hasta que un amigo se tomó el tiempo para brindarle una tutoría en español cuando Héctor comenzó a sentirse cómodo hablando este idioma con sus compañeros de clase.

 

El impacto de Héctor

“Muchos niños de mi aldea terminan ahora el sexto grado.  Tres de ellos están estudiando en la universidad”.  

Héctor se graduó cum laude en la Universidad Francisco Marroquín.  Actualmente, trabaja como analista financiero.  Aunque fue la primera persona de su aldea en terminar el sexto grado, hoy seis de sus siete hermanos se han graduado en la escuela secundaria.  Héctor regresa a menudo a su aldea y comparte con sus vecinos información sobre las escuelas a las que asistió y sobre las oportunidades que la educación le ha brindado.