Fernando

Originario de: Chiquimula
Actualmente: Consultor económico de desarrollo

¿Cuán lejos viajarías para llegar
adonde necesitas ir?

“En época de lluvia, el río que teníamos que cruzar para llegar al colegio crecía más de cuatro metros. Recuerdo un año de mucha lluvia en el que mi hermana, mi primo y yo faltamos varios meses a clases, porque era imposible atravesarlo”.

La historia de Fernando

Fernando creció en una remota aldea rural.  Para llegar al pueblo más cercano, tenía que recorrer treinta kilómetros por un camino de tierra.  Aunque la escuela local quedaba relativamente cerca de su casa, Fernando y sus hermanos tenían que cruzar el río a caballo para poder asistir a ella.  Esto resultaba sencillo en la época seca, pero en época de lluvia el río crecía y la travesía resultaba peligrosa, si no imposible.  Asistir a la secundaria presentaba un reto aún mayor.  El centro más cercano quedaba a veinte kilómetros, pero no había carretera.  La segunda mejor opción era un colegio privado en Esquipulas, pero quedaba a cuatro horas de camino.  Estaba claro que seguir estudiando implicaría un gran sacrificio.  A la edad de catorce años, Fernando se fue de su casa y vivió solo para poder seguir estudiando.

El impacto de Fernando

“Mi principal meta es demostrarle a estos estudiantes que tienen más opciones en la vida”.

Al graduarse en la Universidad Francisco Marroquín, Fernando trabajó cinco años en el sector privado, y luego en un proyecto gubernamental dedicado a mejorar las condiciones de competitividad, relacionadas con el ambiente de los negocios.  Cuando empezó, heredó un proyecto casi en quiebra, en el que se había invertido mucho dinero y se habían obtenido pocos resultados.  Hoy, los esfuerzos de Fernando se centran en el intercambio de información, no en la asignación de los fondos.  Identifica oportunidades de crecimiento y ayuda a conectar a empresarios locales con fuentes de inversión privadas.

Como todos los graduados del programa ITA, Fernando está siempre atento para animar a otros a luchar por obtener una educación de calidad.  Recientemente, tres estudiantes de su aldea recibieron becas para estudiar en un colegio privado, lejos de su pueblo.  Al enterarse de que no tenían con qué costear la estadía y otros gastos, Fernando decidió apoyarlos y asumió los costos.  Se mantiene en contacto con otros graduados del programa ITA, y juntos están desarrollando un proyecto para financiar becas a estudiantes que destacan en la primaria, pero que por razones económicas o de situación geográfica no tienen los medios para asistir a colegios privados de nivel medio o de bachillerato.